5 de agosto de 2012

Protección contra la gripe y alivio de los resfríos

 Fuente: Internet



 ● Oí decir que no necesito la vacuna contra la gripe este año si me la dieron el año pasado. ¿Es cierto?

No es buena idea. Es verdad que se espera que la cepa de gripe de este año sea idéntica a la del anterior, por lo que la vacuna no va a cambiar. Sin embargo, los estudios indican que, después de vacunarse, la protección empieza a disminuir en menos de un año, dice Ghinwa Dumyati, profesora de enfermedades infecciosas en la Universidad de Rochester, y tal vez antes si usted es de edad mayor o tiene problemas inmunitarios. Así que es posible que los niveles de anticuerpos de la vacuna del año pasado ya estén muy bajos para protegerlo. ¿Para qué arriesgarse? Si odia las jeringas (y tiene entre 2 y 50 años de edad), puede optar por la vacuna de aplicación nasal.

● ¿Ayuda tomar complementos de probióticos?

Algunos pueden reducir la duración e intensidad de los resfríos. Lo que su sistema inmunitario necesita es algo que lo ayude a trabajar a toda marcha para combatir los virus y evitarse los síntomas del resfrío (escurrimiento nasal, dolor de cabeza, etc.). Algunos probióticos parecen tener ese efecto, dice gary Huffnagle, profesor de inmunología en la Universidad de Michigan. En un estudio reciente, la toma diaria de un complemento de probióticos redujo los síntomas del resfrío, y su duración, dos días en promedio. Con todo, debe consultar a su médico antes de tomar probióticos. Si los necesita, él le dirá de qué tipo y en qué dosis.

● Si me resfrío, ¿vale la pena que tome zinc?

Quizá, pero debe actuar rápidamente y estar dispuesto a soportar algunos efectos adversos. Una revisión de estudios reveló que las personas que tomaron zinc poco después de presentar las primeras señales de resfrío tuvieron síntomas más leves y se aliviaron más rápido que las que tomaron un placebo. Pruebe una pastilla o un jarabe: la clave es que haya un contacto directo entre el zinc y los virus en la garganta, señala la nutrióloga Carol Haggans. Los estudios indican que hay que ingerir al menos 75 miligramos de zinc para ver algún efecto. Esta dosis parece segura si se usa brevemente. Las desventajas: náuseas leves y mal sabor de boca. 

FUENTE: Regina Nuzzo, revista "SELECCIONES"

La carne, ¿es buena o mala para la salud?

 Fuente: Internet 

En un estudio de 28 años de duración sobre hábitos alimentarios realizado con más de 121.000 adultos, investigadores de la Universidad Harvard observaron que los que consumían 85 gramos de carne roja todos los días tenían un riesgo 13 por ciento mayor de morir (por cáncer o un mal cardíaco) antes de que terminara el estudio que los que no comían carne.

Y las porciones diarias de carne procesada, como la panceta, aumentaban en 20 por ciento el riesgo de muerte prematura. El colesterol y la grasa saturada no son los únicos peligros a los que se exponen las personas carnívoras. El exceso de hierro de la carne puede dañar el corazón, y el sodio y los nitratos que se añaden a la carne procesada agravan ese riesgo. Por eso muchos expertos aconsejan reducir o eliminar la carne roja de la dieta.

Sin embargo, espere… Un informe publicado recientemente en los Estados Unidos reveló que las personas que comen carne magra vacuna con frecuencia obtienen más proteínas, cinc, potasio y vitaminas B que las que no la consumen. Y un informe de 2010 calculó que la carne magra vacuna aportaba un 15 por ciento de la ingestión de proteínas en ese país, pero sólo un 4 por ciento del total de grasas. “La carne magra es sana”, afirma Carol O’Neil, profesora de nutrición en la Universidad Estatal de Louisiana.

Entonces, ¿qué debe hacer?
Una dieta saludable puede incluir una porción diaria de carne roja. Elija cortes magros y evite la carne procesada (panceta, salchicha, mortadela y cualquier otro producto conservado con sal o con aditivos). Si consume muchas frutas, verduras y cereales enteros, comer un bife no supondrá mayor riesgo.

FUENTE: Chris Wooelnston, revista "SELECCIONES"

¿Las chanclas son malas para los pies?



FUENTE: Internet

Un estudio de la National Foot Health Assessment de estados unidos dado a conocer el pasado junio desvelaba que el 78 por ciento de los adultos con más de 21 años ha sufrido problemas en los pies, y que en gran medida se debe al uso de las chanclas veraniegas. Al contar solo con una fina goma como soporte estructura, este calzado no absorbe el impacto contra superficies duras. Nuestros pies, dicen los expertos, están preparados para caminar por superficies naturales como la hierba o la arena, por lo que usar chanclas para andar sobre el asfalto puede causarnos varios problemas.

Por un lado, al ser planas generan dolores en las rodillas, la espalda y la cadera. Además, es frecuente que den lugar a la formación de ampollas, y su uso frecuente está asociado a caídas, lesiones de tobillo y fracturas de huesos.

FUENTE: Revista "Muy Interesante"